Ha llegado la hora de explicar
cómo es posible recorrer el mundo con un presupuesto limitado. Antes de nada
quiero señalar que este tipo de viaje no gusta a todo el mundo pero para el que
no sean imprescindibles ciertos lujos o comodidades, os permitirá disfrutar de
vuestras vacaciones a un precio razonable. A continuación hago una serie de
recomendaciones:
- Es fundamental llevar un presupuesto cerrado de lo que vas a gastar cada día (este presupuesto excluye gasoil, alojamiento y autopistas que deben ir contemplados aparte). Esta autoasignación diaria servirá para pagar comida, entradas, caprichitos y otros gastos del día (no olvidéis incluir una parte para un helado diario si vais a Italia, después de los helados italianos cambiará vuestra percepción del mundo :) ). En el caso de nuestro viaje a Italia el presupuesto diario fue de 50€ al día para los dos. Los días que se visitan museos y las entradas son caras es difícil de cumplir, pero creedme, se puede. Si algún día en el que no realizáis visitas os sobra, guardadlo en un bote para días más “duros” en el que necesitéis un extra. Cómo conseguir ceñirse a este presupuesto se irá viendo en los siguientes puntos.
- Tened claro que monumentos queréis visitar. Es obvio, que
cuando viajamos hay mil y un sitios a los que entrar y ver sus exposiciones,
capillas, altares, etc. No obstante es importante saber qué os merece y qué no
os merece la pena ver, por dos cuestiones fundamentales, primera el dinero, si
intentas verlo todo se te va un “pastizal”. Segunda, es bastante tedioso
pasarse el día visitando museos y resulta muchas veces más interesante
disfrutar de la ciudad caminando.
- Con respecto al tema entradas es importante llevar cualquier tipo de carnet que os pueda proporcional una reducción en el precio. Carnet de estudiante, carnet joven, carnet de profesor, de jubilado, etc. Comprobad en los sitios web las reducciones que existen, no obstante y aunque no lo especifique, si tenéis algún tipo de acreditación que remotamente os pueda traer un descuento preguntad aunque no indique en ningún sitio que es válido, a veces cuela y los descuentos pueden llegar hasta el 50% o incluso que sea gratis.
- Importantísimo el tema de la comida. Si queréis ahorrar y aprovechar el tiempo prescindid directamente de los restaurantes de carta y mesa en la calle. Sobre todo en Italia (también otros muchos países) se cobra, no sólo el servicio en mesa, sino también un precio por comensal. De manera que en una comida de 18€ para dos personas se puede cobrar entre 6 y 10 € de gastos extra (a sumar a los 18€ de la comida). Esto no suele ocurrir en restaurantes de comida rápida, que en Italia es perfectamente pasta, pizza, etc. no sólo Mc Donalds o Burger King (que por cierto al final salen caros, aunque a veces te salvan una cómida).
- Además de estos sitios de comida rápida que no cobran extra
por el servicio (comprobadlo siempre antes de sentaros, puede cobrarlo incluso
una bocatería), existen muchos locales y carritos portátilesque venden comida
para llevar y comer en un parque o en un banco. La comida esta buenísima (probad
los bocatas italianos, el término bocadillo tomará un nuevo sentido para
vosotros, bueno, el término panino, :) ) y te permite ahorrar dinero, seguir disfrutando de
la ciudad y no perder dos o tres horas del día esperando a que te sirvan.
- En cuanto a las comidas tampoco descartéis super mercados que tienen también comida preparada y recién hecha, no sólo envasada.
- Por cierto, la bebida en Italia es bastante cara y no la suelen tener muy fresca, confiad en las fuentes públicas para beber agua o llenar vuestras botellas.
- Prescindid todo lo posible del transporte público y del
propio coche. Normalmente, sobre todo si se va a ciudades grandes, lo mejor es
dejar el coche aparcado (ya hablaré del aparcamiento) y moverse a pie. Si la
ciudad es tremedamente grande utiliza el transporte público sólo para grandes distancias,
confía en tus pies, es la mejor forma de conocer y disfrutar una ciudad,
patearla.
- Acorde con el punto anterior, es fundamental llevar ropa y calzado cómodo que te permita tanto andar como viajar en coche con libertad y comodidad.
- Con respecto al tema ropa y complementos (esto es sobre todo para las chicas, jiji), lo mejor es llevar una maleta con la ropa de todos los días en el coche y una mochila pequeña cada uno en la que llevareis lo imprescindible para los días que estéis en la ciudad (dos o tres mudas, bolsa de aseo y poco más), obviamente los complementos deben ser los mínimos. Tened en cuenta que no sabéis a qué distancia podréis aparcar del alojamiento y es más fácil cargar con una pequeña mochila para desplazarte por una ciudad desconocida.
- En cuanto al coche, debéis llevar un presupuesto aparte para autopistas y gasoil. Pensad que el precio de los combustibles es diferente en cada país puesto que lo gravan distintos impuestos, consultadlo antes de ir en internet. Para desplazamientos largos es mejor coger autopista porque ahorran mucho tiempo, aunque está en vuestra mano valorarlo con un buen atlas de carreteras.
- Es, por tanto, fundamental para el viaje en coche llevar un
buen atlas de carreteras. En nuestro caso escogimos el de Michelin en formato
pequeño, nos vino muy bien en Portugal y nos compramos también el de Francia e
Italia. No obstante, también es posible adquirir uno de carreteras europeas, es
más grande y caro, pero nos ahorramos tener mil atlas. Podéis adquirirlo en librerías,
gasolineras (del país, eso sí), en amazon, etc.
- En cuanto al aparcamiento es un punto bastante complicado, os cuento mi experiencia que no vale como norma suprema, por supuesto. La mayoría de las ciudades están plagadas de zonas azules con lo cual sería imposible aparcar sin pagar. Ante esta perspectiva nosotros pensamos lo siguiente: en la zona azul no se puede llevar el coche la grúa y la multa, en caso de que te la pongan, nunca te llegará a casa porque no tienes domicilio en el país y además la zona azul suele tener jurisdicción sólo en la ciudad dónde tienes registrado el coche (es una empresa privada, una multa de zona azul no compete a la DGT), con lo cual aparcábamos siempre en zona azul y evitando las zonas en las que el aparcamiento era prohibido con riesgo de que se lo llevara la grúa. Resultado, una multa de aparcamiento en Roma porque no vimos que se trataba de una parada de bus, y de las zonas azules nada de nada. Juzgar vosotros mismos.
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