¿POR QUÉ VIAJAR?

. . . de niño crucé Asia en una caravana de mercaderes dirigida por Marco Polo, 

relaté mis sueños a Julio Verne, 

formé con los Compañeros de Alejandro durante sus campañas en Persia y en la India, 

cabalgué al lado de Gengis Khan atravesando inmensas praderas infinitas, 

asistí al correo del Zar Miguel Strogoff a través de la estepa, 

navegué sin rumbo con Ulises, 

exploré los Siete Mares a bordo del Nautilus del Capitán Nemo, 

volé en una alfombra mágica sobre el cielo de Bagdad, 

encontré el tesoro para Long John Silver, 

rescaté a Indiana del Templo Maldito, 

conversé en un oasis con Lawrence de Arabia, 

me convertí en grumete de Colón y en mayordomo del Señor Fog, 

recuperé los diamantes de la reina de Francia a golpe de espada, luchando espalda con espalda con los Tres Mosqueteros, 

me perdí en la montaña con Rip Van Winkle, 

busqué Troya con Schliemman y Tartessos con Schulten,

 sufrí como un centauro del desierto con John Wayne, 

padecí frío en los Alpes con Aníbal, 

descendí el Missisippi con Tom y Huck,

 tropecé con Teseo en el laberinto, 

fui sherpa y gurú de Hillary y argonauta con Jasón, 

sucumbí en el Castillo de los Cárpatos como Jonathan Harker,

 pasajero en el Orient Express y en el Transiberiano, 

peregriné a La Meca y a Santiago, 

marché con Mao, 

guíe a Moisés en el Sinaí, 

ametrallé aviones desde el Barón Rojo de Richtoftenn,

 anduve descalzo tras los pasos de Cristo, 

buceé hasta Atlantis, 

observé la Luna con Gagarin, 

recorrí con Heródoto Egipto, 

comprendí la soledad junto a Crusoe, 

remé en la drakkar de Erick el Rojo, 

serví en un Junco Chino, 

seguí los pendones de Ricardo Corazón de León hasta llegar a Tierra Santa, 

conduje a Perceval ante el Rey Pescador y juntos bebimos del Santo Grial . . . 

. . . ¿y aún os preguntáis porqué me apasiona viajar? . . .