Tras un fabuloso y agotador día
en Florencia, partimos dirección Siena pero, por supuesto, aprovechándonos de
la ventaja de ir en nuestro coche y poder hacer varias etapas.
La primera parada fue Pisa. La
impresión que me causó entrar en el Campo dei Miracoli, donde se encuentra la
famosa Torre Inclinada de Pisa (la Torre Pendente), es indescriptible. El
contraste del verde del prado recién cortado con el mármol blanco, igual que
en Florencia, propio de la toscana, crean una imagen idílica.
. . .
Campo dei Miracoli . . . podemos admirar (y deleitarnos visualmente) uno de los
más bellos conjuntos del románico en un enclave idílico, el mármol blanco, el
azul del cielo y el prado verde, se fusionan armónicamente en un todo artístico
sin ningún otro elemento que obstaculice su contemplación . . .
Esta
Piazza dei Miracoli tiene varios edificios emblemáticos para visitar.
Nuevamente puedes comprar una entrada conjunta o por separado. La entrada a la
catedral es bastante económica, 2€ y la visita a dos de los monumentos 5€.
Esta última incluye la catedral y otro a elegir, nosotros elegimos el
cementerio monumental, sin embargo, nos decepcionó porque hemos visto otros más
monumentales y gratis. También puedes optar por entrar al baptisterio, al museo,
etc. La subida a la torre, por supuesto, se paga a parte, nosotros no subimos.
Al lado
del conjunto catedralicio hay un cementerio judío. No pudimos visitarlo porque
justo cerraba el día que fuimos nosotros, no obstante puede resultar una visita
interesante.
Aunque,
en principio, Pisa no tiene mucho más que visitar, hay una iglesia a la orilla
del rio Arno que es muy bonita. También estaba cerrada, así es que solo pudimos
verla por fuera, Santa María de la Espina.
Chiesa di Santa María della Spina . . . en una de las orillas del río Arno, está situada la pequeña y encantadora iglesia de Santa María de la Espina, de la que sobresalen afilados pináculos góticos. . . este Santo Lugar, cuenta la leyenda, fue edificado para albergar una espina de la corona que rasgo la piel e hizo sangrar a Jesús de Nazaret, donada por un mercader pisano que logró hacerse con la reliquia en uno de sus interminables viajes a Tierra Santa . . .
Dejamos Pisa para dirigirnos hacia San Gimigniano, un pueblo medieval que se conserva en perfecto estado y es muy famoso en Italia. Cuando caminas por sus calles podrías imaginarte la vida en el Medievo, si no fuera por los miles de turistas que las transitan y los cientos de tiendas que las pueblan.
. . . San Gimignano
conserva el sabor añejo de la piedra medieval, arañando el cielo con sus trece
torres, que datan de un lejano tiempo, en que era parada obligatoria para los
peregrinos que viajaban a Roma . . .
Para mí fue, en cierto sentido una decepción ya que en éste, más que en cualquier otro enclave, noté como el exceso de turismo puede destruir un pueblo encantador. Más que nada, porque en Italia hay muchos pueblos de este estilo que, por no aparecer en la guías o solo hacerse una breve mención, son mucho más tranquilos y mantienen su esencia, como es el caso de Monteriggioni.
. . . Monteriggioni. .
.murallas, torres, caminos de ronda, pasadizos secretos, ermitas, viento,
olivos, viñedos, tierra seca, silencio . . . sensaciones de otro tiempo,
recuerdos de otra vida, de aquella que no he vivido, pero en lugares como este,
soy capaz de recordar . . .
Sin duda, merece la pena
hacer una parada en este pueblecito para transportarse a otra época.
Por último en esta etapa,
me gustaría mencionar como ejemplo de los innumerables enclaves medievales que pueblan estas tierras, el castillo conocido como Roca di Staggia en el pueblo
de Staggia Senese. Muchos de los castillos no se pueden visitar, sólo se
permite admirar su exterior.
. . . Roca di Staggia . . .
otro ejemplo más de fotificación medieval toscana, con recios muros y torreones
de planta circular . . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario