Ha
llegado el momento de contar la última etapa del viaje a Italia. Tras salir
de la embaucadora Venecia nos dirigimos hacía la cosmopolita Milán,
sin embargo, como es nuestra costumbre, antes de llegar a nuestro
destino quisimos descubrir una maravilla natural cerca de la frontera
de Italia con Suiza, el lago di Como.
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. . Lago di Como . . . al pie de los Alpes nace el lago di Como. . .
en la vertiente más meridional se encuentra la ciudad que da nombre
al lago . . .
Se
trata de un lago inmenso, un paraje natural extraordinario y unas
carreteras con unas vistas inmejorables. Sin embargo, la concepción
de lago que tenía en mi cabeza se trata de un lago al estilo Suizo,
como los que tantas veces visité durante el año que residí en
Neuchâtel. Los lagos en Suiza están acondicionados como
playas-piscinas, la orilla está rodeada de césped, hay barbacoas e
incluso pistas de voley-playa y, por supuesto, el acceso es gratuito.
Olvidaba que nos encontrábamos en Italia y que en este país nada es
gratis, ni siquiera disfrutar de la naturaleza. Por tanto, muy a
nuestro pesar, no pudimos acceder a ningún lugar apto para el baño
(ya que no teníamos intención de pagar) y nos conformamos con
disfrutar de las vistas, mientras tomábamos el picnic que habíamos
comprado en el super, en una zona ajardinada que parecía no ser
privada.
No
obstante, mereció pena el viaje puesto que visitamos unos
pueblos muy bonitos y pintorescos.
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. . camposanto de Laglio. . . junto al lago, ocupa un lugar destacado
un enorme mausoleo piramidal, la tumba de Joseph Frank . . . un lugar
ideal donde dormir el sueño eterno . . .
Tras
nuestro baño frustrado en el lago decidimos dirigirnos hacia Milán
para descansar en nuestro hotel aunque, como os contaré ahora, esto
también fue un intento frustrado.
Cuando
viajas a menudo y visitas muchas ciudades y mucho alojamientos tienes
buenas y malas experiencias con estos últimos. Hasta el momento en
el viaje a Italia habíamos tenido suerte con los alojamientos
(obviando el personaje que nos alquiló en Bolonia, el alojamiento
estaba bien), ya era hora de que la suerte se acabara. En realidad el
hotel en sí no estaba mal, sin embargo, a pesar de que cuando lo
reservamos decía que tenía aire acondicionado y de que en la
habitación existía un aparato, el mando a distancia del mismo estaba en
recepción y debías pagar 10 € extras por día para tenerlo.
Bajamos a hablar amablemente con el chico de recepción, que agobiado nos remitió
al dueño que, ni él mismo se ponía el aire acondicionado por
ahorrar, y tras una acalorada discusión no dio su brazo a torcer. No
era cuestión de dinero, ya era cuestión de amor propio. También
pretendía que le pagáramos internet y el supuesto desayuno incluido
era el café y corneto famoso. Por cierto, el "magnifico" hotel se llama Hotel Arco, por si podéis evitarlo.
Salvando
el tema del hotel, de la horrible ola de calor que nos tocó vivir a
final de julio con temperaturas de hasta 40ºC y con una serie de
picaduras de mosquitos infectadas que tenía por todo el cuerpo,
Milán es una ciudad preciosa. Lo que más me gusta de Milán es, sin
duda alguna, su catedral. La Catedral de Milán es la catedral más
bonita de todas las que he visto nunca, sólo por visitarle merece la pena la visita a esta ciudad.
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. . il Duomo de Milán, posiblemente la más bella iglesia de toda la
Cristiandad. . . yendo un poco más lejos, uno de los más hermosos
templos edificados por el ser humano . . . comenzada durante el
gótico, recoge además pinceladas barrocas e inclusos neoclásicas .
. . la caída de la tarde, el momento crespucular, el contraste entre
el blanco mármol y el cielo negro, componen una perfecta armonía de
claroscuro, imagen concebida por un prestidigitador de la luz y el
color . . . el éxtasis del gótico en Europa . . . nuevamente quedo
impresionado ante su visión . . .
Si
podéis, os recomiendo que vayáis a verla al anochecer, la plaza de la
catedral es muy abierta y permite deleitarse con la magnifica fachada
del templo. Para poder visitarla por dentro debéis respetar el
horario de visita, todos los días de 7:00 a 19:00 H. La entrada a la
catedral es gratuita, debes pagar si quieres subir a las terrazas
panorámicas (10€ en ascensor y 6€ por las escaleras), visitar el
baptisterio (4€) o ver el Tesoro (2€). También existen entradas
combinadas de 13€ y 10€, en ascensor y a pie respectivamente.
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. . interior . . . estilizadas columnas que alcanzan las alturas para
sujetar bóvedas celestes, vidrieras policromadas que ascienden desde
la tierra a lo cielos inundan de luz las capillas, el suave olor a
incienso recuerda a los visitantes que se encuentran en un lugar
sagrado (estos lugares siempre han sido reutilizados por todas las
sociedades que se asientan a su alrededor) . . . la figura de Cristo
crucificado nos observa desde el punto más alto de la Iglesia . . .
se nos muestra como dios, y como hombre resucitado que asciende a los
cielos . . .
Tras
visitar la catedral os recomiendo una visita a La
Galería Vittorio Emanuele II, también conocida como "El Salón
de Milán", es una galería comercial diseñada en
el siglo XIX en la que se pueden encontrar, además
de agradables restaurantes con
terraza, las tiendas más
elegantes de la ciudad. Obviamente
nuestra visita a la galería fue meramente contemplativa ya que los
restaurantes y tiendas que alberga son para un poder adquisitivo que
se escapa a nuestras manos y a nuestras inquietudes. Aunque es cierto
que la galería alberga un Mc Donald, que sí encaja con nuestro
presupuesto :)
Al
otro lado de la galería Vittorio Emanuele II encontramos el famoso
Scalla de Milán. El Teatro della Scala ha
sido el lugar de estreno de importantes óperas a lo largo
de la historia, como Otello y Nabucco de Verdi,
o Madame Butterfly de Giacomo Puccini. Se puede
visitar el Teatro por el módico precio de 5€, aunque no os puedo
decir si merece o no la pena puesto que nosotros no lo visitamos.
Por
último, no os debéis ir de Milán si haber visitado el Castillo y
los jardines de los Sforza. La visita al Castillo es gratuita aunque
no puedes visitar estancias interiores ya que en su interior alberga
varios museos: Museo de Arte Antiguo, de Egipto, de Prehistoria y
Protohistoria, de Artes Decorativas, de Instrumentos Musicales, del
Mueble y una Pinacoteca. El precio de la entrada a los museos es de 3
€. Nosotros no los visitamos porque tras 15 días de viaje el
cansancio hacía mella en nuestros cuerpos y decidimos volvernos a
descansar.
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. . Castillo Sforzesco . . . Francesco Sforza, condotiero en sus
inicios, consiguió desplazar a los Visconti y controlar los
designios de Milán, consiguiendo dominar toda la Lombardía . . .
este era la residencia y fortaleza de los Sforza, mandado edificar
durante el Renacimiento por Francesco en el lugar que se ubicaba la
fortaleza medieval de los Visconti. . .
Con
esta visita terminó nuestro increíble viaje por la cuna del Antiguo
Imperio Romano, viajar es fascinante pero nada hay como volver a casa
después de un largo viaje y descansar en tu cama y en tu sofá.
Precisamente por eso, eran tantas las ganas de llegar a casa que
salimos de Milán a las cinco de la mañana y a las once de la noche
de ese mismo día llegamos a casa tras 19 horas y 1700 Km de coche.
Nuestro viaje había concluido...por el momento.
Qué lindo!!! Estuve en todos los sitios que mencionas y todos me han encantado!!! Italia es un país que me fascina, estuve varias veces.
ResponderEliminarMuy bueno el post
Saludos
Me alegro que te guste el blog Eva. La verdad es que Italia es un país maravilloso, aunque para mi todos los sitios tienen un algo especial, por eso tengo este blog, porque me gusta compartirlo. Y también para que quien quiera sepa que es posible viajar bueno, bonito y barato. :) Un saludo.
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